Mi querida ciudad.
Para toda la gente bella de Venepal.
aquí les voy a contar
en pequeños versos y con un poco de humor
la historia de mí pequeña ciudad
pero de gran calidad y se llama Venepal.
La fundó un gran empresario
y grandes e insignes hombres
la construyeron,
Máquinas papeleras generadoras de empleo
y gran producción
y en el mismo sector, nació la urbanizacion.
Calles hermosas con paisajes naturales,
hermosos apamates que le daban gran belleza al lugar
muy cercano al mar,
árboles frutales para deleite del paladar,
no faltaba nada para tener buena calidad de vida,
no había violencia y nuestros muchachos
podían corretear, jugar y estudiar
con grán seguridad.
Los servicios generales y necesarios
muy eficientes para un buén convivír.
Servicio médico con personal eficiente
y Angel Rodriguez al frente.
Club y restaurante
con Jesús Baldonedo y Omar, siempre presentes.
Servicio Social con la inolvidable Antonia Terán
y la siempre risueña Mercedes Velázquez.
Iglesia y el Padre Félix Escolar
y sus sermones de nunca acabar.
Olga Molchanov en la lavandería
con su fiel compañera Melanía.
La escuela, madre mía que escuela yo se los juro
que aquí se acabó el carburo,
con esa artillería pesada y bien orquestada
con Pancho Ruiz y su grupo de maestros (as)
allí si no había batalla perdida
pués la excelencia se imponía.
Personajes y sus detalles de grata recordación:
Pepe Pardo y su tabaco
madre mía qu jumazón.
Jaime Souto y sus orquídeas
fantástica colección.
Santos y sus disfraces
que causaban sensación.
El abuelo Melis
en navidad de papá Noel
repartiendo dulzura y alegrías a granel.
Luis Berrizbeitia bajaba del Limoncito, en su jeep destartalado
que hacía tanto ruido que parecía un tractor
y Manganelli con su carro de Batman
de película de terror.
Nuestras fiestas eran las mejores,
primero de mayo,día de la raza,
desfiles y comparsas de carnaval
y la inolvidable navidad, eran algo sin igual.
Como vivíamos en aquella época,
felices y sin violencia, en paz y tranquilidad
y con verdadera familiaridad,
cordialidad y amistad.
Ya muchos no están con nosotros presentes,
pero perduran en nuestro recuerdo por siempre.
Pero todo lo bueno no dura, hoy ya no es lo mismo
en aquella ciudad aun que todavía viven allá
mucha gente conocida y querida,
nada es igual por que hasta los nombres cambiaron,
ahora la empresa es Invepal
y la urb El Molino.
Lo que pasó en mí ciudad, lo resumo en pocas palabras:
fué que llegó una tormenta,
Se chuparon los mamones y dejaron el pepero,
se comieron los mango y dejaron el reguero,
se chuparon la caña de azúcar y regaron el bagazo,
haciendo como el barbarazo,
hasta los hermosos apamates que embellecían la ciudad,
tambien les estorbaron
que pasaron la moto sierra y los talaron.
y si quieren más recuerdos, hablen con el grupo Evenpro
y organicen más reencuentros.
Con cariño Clebella.
23.08.14.
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