Ahora en la madurez de la séptima década y llamada la tercera edad me siento feliz y aunque actualmente tengo problemas de salud y en vías de recuperación, le doy gracias a Dios por todo lo vivido y experimentado, por tener fuerza de voluntad para luchar y seguir adelante, por conservar mi sentido del buen humor y por creer que el amor y la amistad son infinitos y entrañables, como el cielo y el mar que tienen principio y no tienen final.
¿Qué pasa el día de San Juan?
Hace 2 años